sábado, 10 de marzo de 2007

INFANCIA

Lo mejor de cuando era niña, era no tener preocupaciones, era que no importaba el futuro. Que los días eran largos, que las semanas parecían meses y los meses años, que no importaba el paso del tiempo.

Lo mejor de cuando era pequeña, era el reencuentro con los compañeros de clase en septiembre, era el olor a lapiceros, eran las gomas cuadradas, sin estrenar, perfectas, de MILÁN.
Lo mejor de cuando era pequeña era merendar pan con chocolate viendo espinete, era la música de cabecera de "con las manos en la masa", era jugar en el patio del colegio aunque nevara, eran las canciones que cantábamos jugando a la goma.
Lo mejor de cuando era pequeña eran las vacaciones de Navidad porque eran largas, era el espumillón de colores, era que a alguien se le ocurriera comprar un spray de nieve.

Lo mejor de cuando era pequeña eran los cumpleaños, era mojar las patatas en la coca cola. Era sentirme importante porque iba sola al cine con mis amigas.
Lo mejor de cuando era pequeña eran los domingos de arroz y pollo en casa de mis abuelos. Eran las "merendillas" a las afueras del pueblo.

Lo mejor de cuando era pequeña era inaugurar el verano con una guerra de globos de agua el día de mi cumpleaños, eran las largas tardes en el parque de la Ribera, eran las risas al sol tumbadas en la hierba. Era que abrieran las piscinas y poder ir todas las tardes, eran las toallas mojadas, los gorros de baño perdidos, los bocadillos y las aguadillas.

Lo mejor de cuando era pequeña eran los quince días de vacaciones con mis padres y mis hermanos, era el viaje en el Renault 4, era la música del Super 11 rojo, era el Dúo Dinámico y los Brincos y si había suerte la cinta grabada del Ultimo de la Fila.
Eran las horas muertas en la playa, eran los labios morados del frío del agua, era dormir en una tienda de campaña oyendo el mar.
Lo mejor de cuando era pequeña eran los veranos en el pueblo, eran los "viajes" en bici al pueblo de al lado, volviendo pronto para que no se enteraran los padres. Eran las risas compartidas en los bancos de la plaza o el parque. Era el olor de los días previos a la "Función", era el sonido de los maderos y las talanqueras.
Lo mejor de cuando era pequeña era que no importaba que a las 4 de la tarde hiciera calor, era el sonido de la chicharra. Era el olor a orégano en las manos cuando mi abuela nos decía que desojáramos las ramas secas.
Era ir con mi abuelo de la mano hasta el huerto y coger las zanahorias y los tomates más rojos. Era poder comerlos recién cortados sin pensar en nada.

Lo mejor de cuando era pequeña es, .... que era pequeña...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y ahora yo...... lloro.....

Se echa mucho de menos no tener preocupaciones, pero por otra parte es una gran suerte mirar hacia atrás y ver que el transcurso de nuestra vida, o tú vida, ha estado llena de cosas bonitas. Los veranos en el pueblo nos han marcado a todas, jajaja, ay ay ay que me acuerdo de las coreografías....

Ahora las cosas son más complicadas, pero hay que intentar que dentro de otros diez o quince años al mirar atrás, nuestra vida haya seguido estando llena de buenos momentos, tan buenos, que te hagan olvidar las preocupaciones y todo lo que ha costado llegar hasta ahí.

Como decía Miguel Hernandez:

"Pero hay un rayo de sol en la lucha
que siempre deja la sombra vencida"

Anónimo dijo...

Sin duda éste es otro tema en el que cualquiera tiene tanto que decir... Ya lo hablábamos el domingo en mi portal: la infancia en el pueblo es algo muy especial. Yo también tengo recuerdos de esos que -cuando te asaltan, en el momento más insospechado- te llevan a un lugar en el que fuiste realmente feliz.
Qué bueno tener esos pilares a los que aferrarse siempre.
Somos afortunadas Pitry, como por haber vivido aquellas tardes en la Ribera (y las que nos quedan),o por las experiencias del cole, o por esas noches en Dalt Vila...
pero yo lo soy sobre todo por haber crecido con estas pedazo amigas... besos, Ana.

Anónimo dijo...

Pues lo mejor de ser mayor es mirar hacia atrás y sentirse orgulloso de tener un bonito pasado, y poder encontrarte de vez en cuando con la gente que puso su granito de arena, en diferentes épocas, para hacerte sentir bien.
"Nada está escrito... la historia no ha terminado."
Besos.

Anónimo dijo...

¡ Y qué razón llevas! Si entre las preocupaciones, responsabilidades,... que tenemos a diario pudieramos convertirnos, por un instante, en nin@s de nuevo y tener esa sensación de despreocupación, que me den la hoja que tengo que rellenar que firmo ahora mismo, jeje.

La verdad que me siento muy orgulloso de la infancia que he tenido comparándola con la de l@s niñ@s de hoy en día. No se vosotr@s pero me considero un niño de la calle. Como bien dices, una vez hecha la tarea, merendar, por supuesto, pan con chocolate (a veces todavía me doy ese placer, jeje) y haber visto Barrio Sesamo me iba a la calle toda la tarde a jugar con mis amig@s, que es lo que más vida me ha dado. Tenemos suerte de no ser l@s niñ@s de la play ni nada por el estilo. Creo que l@s de esa generación hemos crecido con otro tipo de valores, y creo que somos de l@s últim@s que quedamos. Todo esto me ha recordado una amiga que hace 2 años tuvo una hija y la está educando tal y como ella se educó, manchándose la ropa porque se ha rebozado en el suelo, cayéndose al suelo sin que la madre o el padre se alarmen por si se ha roto algo,... Que alguien me diga que de pequeñ@ no ha tenido las rodillas y los codos llenos de mercromina, a parte de tenerlos sucios de toda la porquería que recogíamos del suelo, quien no se ha roto alguna ropa jugando, quien no ha jugado al esconderite inglés (o como lo llaméis en diferentes regiones),quien no estaba content@, dentro de lo que cabe, de que te tuvieran que poner escayola para que luego tus amig@s y compañer@s de clase te echaran un garabato, un dibujo,... eso es una infancia, un buen tesoro. Un besote guapa, Igor.

Anónimo dijo...

Tiiiia, me has hecho llorar; sobre todo porque tantos momentos que tan bien has descrito, los he compartido contigo y se puede decir q son exactamente los mismos. Todas esas sensaciones, esos momentos, esos olores...
Estoy de acuerdo en lo que pones y con los comentarios posteriores, yo no cambio la semana que pase tumbada en la cama sin poder moverme porque tenia las rodillas con unas heridas enormes que me hice al caerme en el patio del cole el ultimo dia de clase en una carrera super emocionante con mis amigas, por nada de lo que puedan tener los niños de ahora.
Gracias por traerme tantos recuerdos que en realidad nunca he olvidado. De todo hemos aprendido y espero que nos sirva para mantener la esperanza en el futuro y en las nuevas generaciones que vendran despues. "y no olviden supervitaminarse y mineralizarse" (como decia super raton).