miércoles, 28 de marzo de 2007

FIN DE SEMANA

Después de trece días trabajando sin uno solo de descanso, por esa insana costumbre de que los centros comerciales tiene que abrir un domingo cada cierto tiempo (¿...?), por fin el sábado a las 4 de la tarde comenzaba mi merecido descanso, y claro pille el fin de semana con ganas.

El sábado acudí a un concierto de música folk eslovena, y aunque así dicho suene extraño, fue uno de los conciertos más animados y divertidos a los que he asistido, la pena que fuera en un teatro y no se pudiera saltar y bailar porque había momentos que los pies se nos iban y dar palmadas no bastaba para demostrar el entusiasmo.
El grupo se llama TerraFolk, son cuatro miembros, bastante curiosos y muy profesionales, comenzaron con el violín, violoncelo, guitarra y acordeón, en una línea divertida, instrumental y tranquila, pero acabarón con guitarras electricas, batería y un gran vozarrón de la muchacha que tocaba el violoncelo que nos dejo a todos con la boca abierta. Lo mejor a parte de la buena música y un buen directo, el sentido del humor que nuevamente ha demostrado que está por encima de idiomas y por el que todo el mundo puede entenderse.


Después del gran concierto, cumpleaños de mi primaaaa!!! A comer esa cecina (mmmhhhh) y tirón de orejas. Pero sin excesos que al día siguiente domingo me esperaba un día "duro", ruta senderística por los arribes del Duero, salida a las 7:00 de la mañana, con cambio de hora primaveral incluido....


La ruta fue de unos 18 kilómetros, por la parte sur de los arribes (osea las arribes), Un día esplendido, con el sol en lo alto que a las 4 de la tarde dificultaba un poco la caminata.



El paisaje desde el mirador es impresionante. El río Duero completamente encajado entre dos montes escarpados, entre dos países España y Portugal, unidos por tantos motivos y desconocidos al fin y al cabo. Increíble el río formando una línea zigzagueante en el paisaje.



Por esta zona de los arribes es por donde llegaba a España desde Portugal el contrabando de café y tabaco, durante la guerra y la postguerra española. Es fácil imaginar que por entonces esta zona fuese bastante inaccesible y los barquitos pasearan por el río con las mercancías.
La verdad es que tiene que ser impresionante viajar en un barco por esta zona, sentirte entre dos paredes. En la próxima excursión habrá que probarlo...


2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué chulada! Yo sólo conozco los arribes por reportajes de la tele (y fotos tan chulas como las tuyas); es uno de esos muchos rincones que tengo pendientes de visitar.
¿Recuerdas cuando estuvimos en la casa rural de Tablada del Rudrón, que también visitamos el Pozo Azul y las cascadas del Ebro en Orbaneja? Pues en mi clase de francés hay una chica que también estuvo por allí y el otro día estuvimos compartiendo recuerdos.

Besitos.
Besitos.

Patricia dijo...

La verdad es que el Pozo Azul es una chulada!! Además es que no te esperas que de pronto aparezca es ese pueblo un rinconcito tan bonito. Es que esa zona de Burgos es preciosa, y los días en Tablada los recuerdo con mucho cariño porque lo pasamos muy bien!!!

La zona de las arribes que estuve el otro dia es muy bonita, pero también te recomiendo que vayas más al norte a los arribes, para ver la presa de Aldeadávila y el pozo de los humos, impresionante, se llama así porque cae con tanta fuerza el agua que la sensación que produce es como si hubiese humo, precioso...