miércoles, 15 de agosto de 2007

CONDENA

A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te dí la llave.
No quiero yo tormenta que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.

Ni concibe mi mente mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.

No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez declare mi inocencia,

porque, en este proceso a largo plazo
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo.

Antonio Gala.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Holaaaaa, aprovecho para saludarte, hace mucho que no me dejaba caer por aquí. Esta poesía es tan genial como su autor, gracias por iluminarme cada vez que te visito.

Besis, y que tengo ganas de verte que si no, vamos que tener que hacer tres días de jornadas intensivas para contarnos tanto viaje y evento.

Anónimo dijo...

hola! Por fin tengo un rato para entrar aquí, por cierto, hay un montón de gente con tu nombre de blog!! Supongo que conoces la versión de este poema de Clara Montes, buenísima!besos!